1. Drive (2011)
Drive es una película excelente y funciona en todos los aspectos del cine. ¿Buscas entretenimiento lleno de acción sobre un conductor de atracos a bancos? Check. ¿Buscas una película que sea arte, con copa de vino y cigarro? Check. ¡Y esa banda sonora increíble llena de synthwave! Es imposible no ponerse en los zapatos del protagonista mientras la escuchas conduciendo. Pero lo que une todos estos detalles y hace que la película funcione es la magistral actuación de Ryan Gosling.
Y aunque podrías argumentar que no hace más que quedarse callado e inmutable, es precisamente en este tipo de papeles, donde hay poco espacio para actuar, que se vuelve difícil expresar emociones. Pero a través de pequeños gestos, miradas y expresiones, Ryan Gosling nos transmite un personaje con un mundo interior más profundo, sensible, y un tanto violento... | © Bold Films